La historia de esta pequeña villa se remonta al siglo XVII donde había una masía medieval que pasa a manos de Jaume Bros, de quien se obtiene el nombre de la Colonia.
A principios del siglo XIX se instala una serrería y una fundición de cobre, así como un molino papelero propiedad de Miquel Elías, que se hace construir una elegante mansión de estilo neoclásico.
Hay una capilla dedicada a la Purísima (1834). En 1850 funcionaban dos fábricas de hilados y llegaron a vivir 700 personas.
Por su lejanía del pueblo y de la parroquia se construye una iglesia de estilo neo gótico proyectada por Joaquim Bassegoda i Amigó en 1877.
La iglesia fue profanada en 1936 y sus imágenes y retablos fueron destruidos. El edificio fue preservado del incendio y la demolición. Durante la Guerra Civil 1936-1939, fue utilizada como almacén de intendencia de un campo de prisioneros establecido en Can Bros.
Desgraciadamente ahora poco queda de aquella grandeza y en su lugar tenemos un pueblo practicamente abandonado, salvo la parte de la iglesia y las fábricas (abandonados por cierto), que están perfecta mente vallados y vigilados por guardas de seguridad.
Los cuales nos explicaron que el sitio estaba cerrado al público y que no se podía entrar, salvo que fuéramos al ayuntamiento y "pagando" pidiéramos un permiso para acceder al recinto.
Una pena ya que este lugar era un sitio ideal para llevar el equipo e investigar un poco algunos sucesos que llegaron a ocurrir allí.
No obstante algún día esperamos ir a este lugar del misterio para poder realizar algunas pruebas y de paso recorrer a través de sus paredes una parte de la historia muerta de nuestro país.